
La multinacional Kimberly-Clark profundiza su estrategia de reorganización industrial en América Latina con el cierre definitivo de su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, en la provincia de Buenos Aires. Con esta medida, la compañía completa un nuevo capítulo en el proceso de desinversión productiva iniciado en 2019, que ya incluyó el cierre de instalaciones en Brasil, Bernal (Argentina) y Chile.
El impacto inmediato de esta decisión fue la desvinculación de aproximadamente 250 empleados. Si bien desde la compañía se comunicó que la producción se concentrará en su planta de San Luis, fuentes del mercado apuntan a una reconfiguración más amplia que implicará mayor dependencia de la importación, particularmente desde Brasil —donde opera su socia estratégica Suzano— y también desde Asia.
Repliegue regional y foco en rentabilidad
Lejos de ser una decisión aislada, el cierre en Pilar se inscribe en un patrón claro de ajuste de estructura operativa en los mercados emergentes. A nivel global, Kimberly-Clark viene tomando decisiones orientadas a eficientizar costos, focalizarse en productos de mayor margen y redefinir geografías clave. Esto se traduce en un menor footprint industrial propio en Latinoamérica y una mayor orientación hacia modelos de tercerización o importación.
La planta de Pilar tenía un rol relevante dentro del portafolio local: allí se producían principalmente toallitas y productos de higiene femenina de marcas como Kotex, así como líneas premium de cuidado para bebés (Huggies y Kimbies). La expectativa de que parte de esta producción se derive a Brasil gana fuerza, más aún tras la reciente creación de un joint venture entre Kimberly-Clark y Suzano, en el cual la firma brasileña quedó con el 51% del capital.
El acuerdo, que abarca más de 40 marcas regionales incluyendo Scott, Kleenex y Kimberly-Clark Professional, revela una nueva arquitectura operativa para América Latina, donde las decisiones de producción, licenciamiento y distribución estarán crecientemente centralizadas en Brasil y bajo control compartido.
Una señal para el mercado
Este cambio se da en un contexto en el que Kimberly-Clark mantiene una fuerte presencia comercial en el país, liderando categorías como pañales y protección femenina. No obstante, el cierre de plantas es una señal clara hacia el ecosistema de retail y consumo masivo: la marca seguirá estando, pero la lógica de abastecimiento cambia.
El caso de los pañales Huggies es revelador. A lo largo de 2024, esta categoría se posicionó entre los productos con mayor variación de precios en la canasta del INDEC, con un aumento del 144%, por encima de la inflación promedio. Si bien Kimberly mantiene el liderazgo de la categoría en participación de mercado, los altos costos locales de fabricación —en comparación con sus plantas en China o Brasil— obligan a repensar el origen del producto y su impacto en precios finales.
Comunicación, marketing y estrategia desconectadas
Mientras puertas adentro se reorganizan operaciones y se ajustan estructuras, desde el área de marketing la compañía continúa apostando a campañas de alto impacto emocional y eventos con influencers. La reciente presentación de los pañales Huggies Dermacare, con figuras como Julieta Nair Calvo y Daniela Celis, muestra un intento de mantener vigencia de marca frente a un consumidor sensible al precio pero también al valor simbólico del cuidado y la calidad.
No obstante, la estrategia parece ir por carriles paralelos: una narrativa optimista hacia el consumidor convive con una lógica de repliegue operativo a nivel industrial, lo que podría desafiar la coherencia del mensaje en el mediano plazo.
Un nuevo capítulo bajo otra dirección
En paralelo, Kimberly-Clark también ha movido fichas a nivel corporativo. Bajo el liderazgo de Michael Hsu, la compañía abandonó recientemente el índice NYSE para comenzar a cotizar en el NASDAQ, una decisión que algunos analistas interpretan como parte de su viraje hacia un perfil más tecnológico y flexible. Esta reubicación bursátil se alinea con la alianza estratégica con Suzano, que marca una nueva era de control compartido en mercados emergentes y una posible salida paulatina de operaciones directas en algunos países.