Walmart sorprendió al actualizar oficialmente su política de envíos para permitir, por primera vez, que los vendedores de su marketplace utilicen el servicio de Amazon Multi-Channel Fulfillment (MCF) para despachar pedidos generados en Walmart.com. La medida, que entró en vigencia el 16 de mayo de 2025, representa un cambio significativo en las reglas de juego del e-commerce estadounidense, donde históricamente ambas plataformas impusieron límites estrictos a la interoperabilidad de sus redes logísticas.
Un nuevo marco para la logística cruzada
Según el nuevo documento de políticas de Walmart Shipping & Fulfillment, los vendedores podrán usar MCF siempre que cumplan con exigencias clave: los paquetes deben enviarse sin ningún tipo de marca visible (ni en el embalaje ni en los vehículos de entrega) y se prohíbe explícitamente el uso de Amazon Logistics como operador.
Además, los números de seguimiento solo pueden compartirse una vez que el paquete haya sido físicamente entregado a un transportista neutral. Las exigencias de performance se mantienen inalteradas: 95% de entregas a tiempo y 99% de tracking válido, además de cumplir con despachos cinco días a la semana antes de las 11:00 a. m., hora local.
Una decisión con impacto operativo y financiero
La apertura de Walmart a MCF se da en un contexto donde los sellers demandan más flexibilidad para optimizar costos y recursos logísticos. Sin embargo, el movimiento tiene implicancias económicas no menores. Amazon aplica un recargo del 5% sobre sus tarifas MCF cuando se bloquea Amazon Logistics, lo cual eleva significativamente los costos.
Un ejemplo típico: para un producto de 1 libra con precio de venta de USD 30, Amazon MCF cuesta alrededor de USD 8,50 por unidad, mientras que Walmart Fulfillment Services (WFS) ofrece el mismo servicio por USD 3,45. La diferencia puede representar hasta USD 5 por orden, un margen clave en categorías de alta rotación y competencia.
Operadores logísticos y consultoras especializadas advierten que los vendedores deberán realizar un análisis integral que contemple tarifas, cumplimiento de estándares y complejidad operativa. “El margen real no solo está en el precio por unidad: hay costos ocultos en gestión, cumplimiento y monitoreo que pueden cambiar completamente la ecuación”, señalan.
De la prohibición total a la coexistencia estratégica
Históricamente, Walmart sancionó con suspensiones permanentes el uso de Amazon MCF, incluso cuando se cumplían los requisitos de packaging neutro. Los algoritmos de detección de la plataforma identificaban patrones en datos de tracking que vinculaban envíos a la red de Amazon, lo que provocaba bloqueos automáticos.
Ahora, el nuevo enfoque refleja una maduración del ecosistema marketplace, donde las fronteras entre plataformas tienden a difuminarse. En paralelo, Amazon ha comenzado a flexibilizar también el uso de soluciones logísticas externas, y algunos vendedores ya reportan experiencias exitosas utilizando WFS para cumplir pedidos de Amazon mediante sus propias integraciones.
¿Qué hay detrás del cambio?
Este giro no solo responde a la presión de los vendedores por mayor libertad operativa, sino que también se inscribe en la competencia por el control de última milla y la satisfacción del cliente omnicanal. Walmart busca fortalecer su ecosistema de sellers sin forzarlos a abandonar sus flujos logísticos actuales, mientras Amazon, con su robusta red MCF, capitaliza capacidades ociosas y amplía su negocio más allá de su marketplace.
Para los retailers, distribuidores y marcas que venden en múltiples plataformas, esta apertura marca una oportunidad, pero también un desafío: mantener estándares de servicio en entornos cada vez más integrados, con mayores exigencias regulatorias y operativas.